Ya no está mas el parque,
los cisnes ya se han muerto,
los árboles cansados,
y el estanque abandonado.
La vida no siempre
tiene la constancia de lo eterno,
y cada camino
se fue haciendo diferente.
Han pasado muchos años
desde aquella vieja historia
que recién había nacido
en los nuevos corazones.
Cada destino
siguió un camino propio,
cada historia
se hizo bien distinta, a su manera.
Pero un día,
después de tanto tiempo,
se encontraron dos miradas
que no podían confundirse.
Y el reloj
volvió sus agujas al pasado,
como si el hoy fuera aquel día.
Él tomo sus manos nuevamente
y al inclinarse tiernamente, como entonces,
le regaló de nuevo un suave beso
como entrega
de lo que nunca habían perdido.
Y el alma de aquel parque,
y de los blancos cisnes orgullosos,
y los árboles cansados,
humedecieron de nuevo el viejo estanque,
para poder revivir aquella historia
que ya nunca acabaría.
los cisnes ya se han muerto,
los árboles cansados,
y el estanque abandonado.
La vida no siempre
tiene la constancia de lo eterno,
y cada camino
se fue haciendo diferente.
Han pasado muchos años
desde aquella vieja historia
que recién había nacido
en los nuevos corazones.
Cada destino
siguió un camino propio,
cada historia
se hizo bien distinta, a su manera.
Pero un día,
después de tanto tiempo,
se encontraron dos miradas
que no podían confundirse.
Y el reloj
volvió sus agujas al pasado,
como si el hoy fuera aquel día.
Él tomo sus manos nuevamente
y al inclinarse tiernamente, como entonces,
le regaló de nuevo un suave beso
como entrega
de lo que nunca habían perdido.
Y el alma de aquel parque,
y de los blancos cisnes orgullosos,
y los árboles cansados,
humedecieron de nuevo el viejo estanque,
para poder revivir aquella historia
que ya nunca acabaría.
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